El árbol de la vida
En la ruta del mesquite en el sur de Texas
Fotografías por Joel Salcido
Traducido por Julieta Corpus
Read in EnglishAproximadamente 75% de los mesquites que crecen en los Estados Unidos, como este cerca de Rio Grande City, están en Texas. Los pueblos indígenas utilizaban cada parte del árbol—hojas, vainas de semilla, corteza, tronco, ramas, goma, y raíces.
Árboles del Diablo. Árboles basura. Agricultores, ganaderos, jardineros y paisajistas han maldecido a los árboles de mezquite desde que los pueblos no-indígenas llegaron a lo que hoy conocemos como Texas. Los árboles de mezquite crecen casi en todas partes y en cualquier lugar. No requieren de mucha agua o de ningún cuidado. Sólo sol abundante. Los brotes son perniciosamente difíciles de arrancar. Los árboles de mezquite raras veces crecen altos y rectos. Estos se desarrollan anchos y a ras del suelo, sus ramas caprichosas revelando la verdad del viento. Sus hojas son delgadas, ni grandes ni anchas, resultando en poca sombra. Gotearán resina oscura y gruesa sobre tus vehículos y tus mesas de picnic, y sus pálidas vainas de semilla inundarán el suelo. Intentarás podar las ramas y terminarás dejando espinas con las puntas teñidas de rojo con tu sangre. Despejarás un área de mezquites, pero seguirán regresando año tras año, alzándose como acto de magia.
¿Pero, puedo decirte que, si amas el mesquite, este también te amará? En una vida llena de retos, ¿qué otro símbolo más grande hay de tenacidad y persistencia que un mezquite? He visto troncos inclinados a casi 45 grados, tallados por el viento, pero, aun así, extendiéndose hacia el sol. He visto mezquites elevándose alto, las grietas en sus cortezas tan profundas como las líneas en el rostro de un anciano muy querido, tan profundas como las hondonadas en un corazón acongojado. Un mezquite sobrevive—relámpagos, huracanes, incendios. Los árboles de mezquite jamás se rinden. Y por la noche, las ramas se mecen y se mecen, compartiendo más de la luna que cualquier otro árbol.
Siendo niños, en el Sur de Texas, no nos trepábamos a ellos, pero sí buscábamos refugio en sus sombras sobrantes. Nos fascinaban sus pequeñas flores. Recogíamos las vainas de semilla para nuestros juegos de pretender. Tocábamos su savia con la punta de los dedos para probarla. Estábamos al acecho para ver las casi perfectamente camufladas orugas que después regresarían como mariposas nocturnas negras. La casa de mi niñez, en Edinburg, estaba ubicada a varias millas fuera de la ciudad. A tan sólo un par de acres de distancia, una estrecha franja de mezquites marcaba la división entre la propiedad de un granjero y la de otro. Por la noche, los coyotes corrían a lo largo de esa franja, y los escuchábamos aullando el más bello sonido, el más salvaje y tierno arrullo.
Intrigado por las historias de empresas que comercian con mezquite, Joel Salcido, fotógrafo contribuyente de Texas Highways, se propuso capturar la esencia del árbol. “En un día ocioso cualquiera de verano,” recuerda Salcido, “mi Tío Chico nos llevaba casi a rastras al desierto de Chihuahua, más allá de los límites de mi ciudad natal de Ciudad Juárez; no solamente por el placer de explorar la naturaleza, sino también para recoger las vainas de semilla del árbol de mezquite y sucumbir a su dulzura.”
A pesar de que los árboles de mezquite prosperan en todo Texas, Salcido optó por enfocarse en el Sur de Texas, donde las altas temperaturas no son un obstáculo para su desarrollo. Su primera visita fue a Hands On Sawmill, en Kingsville, operada por Wendy y Gene Williams. La pareja reutiliza madera del mezquite que de otro modo acabaría en vertederos. Ellos construyen artículos de reliquia por encargo, desde muebles de dormitorio, mesas y bancos, a letreros, cruces, regalos, y utensilios de cocina. Después de más de 30 años de trabajar con mezquite, Wendy comenta que una de sus piezas favoritas fue una cama tamaño King que construyeron para una casa de campo. “La esposa nos dijo que quería que fuera grandiosa,” Dice Wendy, cuyas obras pueden ser vistas en handsonsawmill.com. “¡Así que, la hicimos grandiosa!”
Salcido entonces se aventuró a Cappadona Ranch en Linn, cerca de McAllen y Edinburg. Allí, Victoria Barrera Cappadona administra un negocio familiar donde fabrican alimentos básicos usando la vaina de semilla del mezquite. Esto incluye harina de mezquite, café natural descafeinado, té derivado de la tribu Cahuilla, y jalea con chili piquín. La página web del rancho, cappadonaranch.com, destaca varias recetas preparadas con sus productos, incluyendo drumettes de pollo y Cappadona Ranch brie crostinni de manzana con vaina de semilla del árbol de mezquite.
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En el condado Starr, al norte de Rio Grande City, Salcido concluyó su recorrido en el Rancho Lomitas Native Plant Nursery, donde visitó al dueño y administrador, Benito Treviño. El vivero ha proveído casi 200,000 brotes de plantas nativas para la restauración del hábitat en santuarios de la naturaleza y en propiedades privadas a través del Sur de Texas. “La mayoría de mis clientes en busca de mezquite quizá deseen 400, 500, o mil brotes de árbol,” Treviño comenta. “Estas son personas que probablemente tienen un rancho enorme o un sinnúmero de superficies disponibles, y ahora quieren restaurar el hábitat natural, a veces para necesidades futuras de caza—especialmente venado, codorniz, o pavo.” Treviño también ofrece recorridos guiados, de octubre a mayo, que informan sobre los distintos usos de las plantas nativas, vía rancholomitas.com.
Quizá ha llegado el momento de apreciar lo que algunos pueblos indígenas nombraron “el árbol de la vida” por todos sus dones. “La idea de estar siguiendo la pista del árbol de mezquite no se me había ocurrido hasta que iba por la carretera,” Salcido confiesa. “De repente, me percaté de que estaba en un viaje de descubrimiento que exploraba los usos múltiples del mezquite en tiempos modernos. Deliberadamente me enfoqué en la gente detrás de las escenas, cada una de ellas comprometida, de una manera u otra, a un estilo de vida basado en este árbol resistente.
—ire’ne lara silva
From the July 2022 issue